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La magia de la Noche de las Letras

inunda todo Madrid

Lourdes Martínez | Borja Quintana

Bienvenido a uno de nuestros textos de perspectiva. Seas blanco, amarillo o  indefinido sigue tu propio camino.

Como cada 23 de abril, la literatura se da cita en las plazas y centros históricos de cada ciudad de España. Si alguien tiene la culpa de ello, son Cervantes y Shakespeare. Y es que la muerte de ambos marcó un antes y un después en este inabarcable mundo.

 

Manteniendo la magia y el halo místico que el Día del Libro despierta entre todos los amantes de la literatura, la ciudad de Madrid se llenó de letras y transeúntes. Con una Puerta del Sol en la que se proyectaban distintas imágenes acompañadas con citas de ilustres autores, desde el niño más pequeño hasta la persona más longeva, fueron capaces de encontrar su lugar en la Noche de los Libros.

Ancla 1

Los acordes de un violín son ignorados frente a los cientos de lo libros que dominan la calle. Mientras un desalmado prueba su cámara con el grupo. A la quinta fotografía para ajustar la luz flash, la apertura de diafragma, el balance de blancos y el enfoque, el violinista empieza a ponernos mala cara, pero sabe que los protagonistas de hoy no son sus vertiginosos dedos sino los libros, para ellos son todo nuestro presupuesto.

Al final de la calle una masa ingente hace dificil caminar por la referencia exacta de la diststancia adecuada entr dos cuerpos, el kilómetro cero. A estas horas de la noche, ya sólo quedan un par dede exposiciones en las inmediaciones. En la entrada de un cirujano briánico a medida, el cuchillo de Ana Terradillos no hace sentir como es Vivivir después de matar, el libro que presenta cerca de la conocida cadena de galerias ubicada por tres veces en la calle Preciados. Y preciados son los sueños de libertad que se recitan cerca de allí. Tras una brevísima visita por el Ateneo de Madrid, nos econtramos con unos personajes salidos de una novela de Cervantes. Un noble calvo y su bella doncella nos permiten documentar el salto temporal de su disfraz.

Los leones miran con recelo al Hotel Palace y Cervantes hace lo propio frente a los corruptos que han dejado vacíos sus escaños. "Cuatrocientos años han ya Sancho", parece que se le oye decir. Invitamos a ambos a disfrutar uno de los mayores espectaculos del Madrid contemporáneo. Tras un par de durums uy un red bull Rocinante hecha a volar, y Lourdes Marínez y yo aceptamos trasladar los huesos de Cervantes al lugar que sus protagonistas más famosos llaman El Paraiso. Las mozas sorprenden al hidalgo y a Sancho Panza que promete emprezar a leer el Corán. La fiesta de la noche madrileña, las fiestas privadas en El dinosario todavía estaba allí, una africana recitando en medio de la calle, librerias iluminadas y abiertas más allá de la una de la madrugada llegán a asustarlos hasta que un concierto de jazz en una galería y espacio cultural calma nuestros ánimos que se preparan para la mañana siguiente con dos jarras de cerveza en las manos.

Ancla 2

Entre largas conversaciones, lecturas, debates, firmas de autores, conferencias, teatro, música, talleres, actividades infantiles, performances, exposiciones y el Bulevar de la Noche de los Libros; los ávidos lectores de Madrid pudieron disfrutar de cinco intensos días de literatura. Del 22 al 26 de abril, todo el centro de la capital, se llenó de libros. Las letras inundaron todas las calles desde la Puerta del Sol hasta Gran Vía, pasando por el Paseo del Prado. De hecho, en este último, tuvo lugar el Bulevar de la Noche de los Libros, evento en que el microteatro, la poesía joven, los cuentacuentos, el micrófono abierto y el juego de las «Letras gigantes» se convirtieron en los grandes protagonistas.

 

194 librerías, 138 bibliotecas, 146 instituciones, centros culturales y espacios públicos diversos salieron a pie de calle para ofrecer libros de todo tipo, que por estar en venta el mismo Día del Libro estaban mucho más baratos. Así que, durante esos días, quien no devoró letras fue porque no quiso. Aunque lo cierto, es que solo merecía la pena pasearse por Madrid, por ver cómo conversaban grandes figuras de la literatura, como Juan José Millás, Luis Marías, Vicente Molina Foix, Manuel Vicent, Eloy Moreno, Lena Yau, Kim Young-ha, María Menéndez-Ponte, Irene G. Punto o Sofía Winter, entre muchos otros.

 

Inevitablemente, toda esta magia que se respiraba en el centro de Madrid, traspasó a todos los barrios colindantes. De esta manera, multitud de bares de Lavapiés o Malasaña, acogían de una manera u otra, el universo de las letras. Algunos bares y cafés ofrecían recitales de poesía, mientras que en otros, la música en directo era la verdadera protagonista. Por su parte, las pequeñas librerías de la zona se atrevieron a permanecer abiertas hasta largas horas de la noche, haciéndole así la «competencia» a las grandes, que exponían sus libros en pleno centro.

Esta edición de La Noche de las Letras fue doblemente especial. No solo por el cúmulo de gente que llenó las calles para consumir literatura, cual época de Navidad en la que encienden las luces navideñas en la Puerta del Sol y no se puede caminar por ella. También lo fue porque se conmemoraba el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Alcalá de Henares se convertía en una cita obligada para los amantes de las letras y del escritor. La ciudad se convertía en centro turístico y literario. Por eso, el ayuntamiento organizó visitas y actividades relacionadas con el dramaturgo, como la exposición El mundo femenino en la obra de Cervantes. Obra gráfica.

 

Aunque Madrid tampoco perdió la oportunidad y homenajeó al creador de Don Quijote de la Mancha. El actor Manuel Tafallé irrumpió en el Congreso de los Diputados, recreando al reconocido escritor. Su discurso, no exento de polémica, se puede decir que sacó los colores a los políticos que allí se encontraban. Ya durante la noche, el emblemático edificio, iluminado, se rendía a los pies de nuestro literato más internacional. Hasta los leones que adornan la fachada no pudieron evitar leer algunas de sus obras. Y es que para ello, tuvieron que desempolvar sus gafas de vista.

Ancla 3

Los libros mutan en La Casa Encendida

El largo adiós de la noche anterior se sintió como una bala de punta hueca en la rodilla. Para remediarlo buscamos esa luz que perdimos en el mismo barrio donde pasamos la anterior madrugada.Las raras avis de Lavapies nos guían en bandada hacia La Casa Encendida. nada más cruzar su puertas encontramos engendros editoriales, venganzas contra el libro tradicional a cuchillo o a vinilo afilado -de los Rolling Stones o de los Shadows-. Laberintos de fanzines y espejos donde ver nuestro pasado y nuestro futuro para arrancar las páginas inasibles del presente. La primera planta del evento es intransitable los sofas de piedra de espuma de gomaespuma se desvencijan a pesar de su originalidad.

En la siguiente planta las mejores revistas nos esperan desnudas, acostadas sobre la mesa. Pero la trata no nos permite más que acariciarlas mientras están atadas por un cordel. Gritan que las liberé, pero es un delito que no pienso cometer. En la última planta todos los editores tienen las manos en la masa de celulosa. Desde revistas como Agente Provocativo hasta vistosos fanzines con estética de la movida y posters. La sala está llena de música y de alternatividades. Los libros van contaminado a otros libros y con tanta mutación imposible, un paseo por la terraza resulta reconstituyente ante el fin del mundo como lo conocemos. Y en el aire, lleno de marihuana, queda una promesa: un día los libros mutantes dominarán el mundo... y no sólo el mundo editorial.

Ancla 4
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